Lizzie Borden ha sido absuelta de los asesinatos de su padre y madrastra, y ahora puede continuar con su vida. Pero cuando has aprendido que puedes solucionar tus problemas mediante el asesinato, sin sufrir ninguna consecuencia, es muy difícil no recurrir a ello cuando se presenta cualquier inconveniente.
El pasado mes de Abril Lifetime estrenó la miniserie de ocho capítulos llamada “The Lizzie Borden Chronicles”, basada en esta famosa asesina estadounidense. Christina Ricci es la encargada de dar vida a la protagonista, en un papel que no puede evitar recordarnos a la joven Miércoles de La Familia Adams.
Pero en primer lugar hablemos de la verdadera Lizzie Borden, un personaje no muy conocido en España. Ésta joven se hizo famosa por el supuesto asesinato de su padre y madrastra con un hacha en 1892. A pesar de las muchas sospechas, de su defensa poco clara y de las pruebas que había en su contra, fue absuelta de todos los cargos. Sin embargo todo el mundo siguió considerándola culpable, y poco a poco fue fue mitificándose su leyenda, hasta acabar convirtiéndose en todo un personaje del folclore estadounidense (Se hicieron canciones populares relacionadas con su caso ya en su época, y por ejemplo, pudimos verla en un capítulo de Los Simpsons, formando parte del jurado de los condenados). Aún hoy los verdaderos hechos son un misterio.
Lizzie Borden took an axe
And gave her mother forty whacks.
When she saw what she had done,
She gave her father forty-one.
Lizzie Borgen cogió un hacha
y le dio cuarenta hachazos a su madre
Cuando vio lo que había hecho
le dio cuarenta y uno a su padre
Resulta curioso que no se haya escogido esta parte de la vida de Lizzie para la miniserie, sino los años posteriores al juicio. Probablemente porque no es la primera vez que se trata el tema, y existen muchas películas y documentales al respecto. En “The Lizzie Borden Chronicles” se aprovecha el morbo que envuelven a esta figura para crear una trama y un personaje completamente nuevos. No se trata de una biografía sino de una fantasía. Ni siquiera se ha buscado un parecido físico con la protagonista. Sólo se han tomado los nombres de algunos personajes con los que se sabe que la verdadera Lizzie tuvo contacto (como la actriz Nance O'Neal) y algunos aspectos muy generales de su vida (como la mudanza con su hermana a la casa bautizada Maplecroft y su posterior separación)
Lo más interesante de la serie es la Lizzie que se crea. Sigue la línea de las nuevas series en las que malos carismáticos se convierten en protagonistas, enganchando y enamorando a los espectadores a pesar de las atrocidades que comentan. Es el encanto de los antihéroes al que personalmente me estoy haciendo adicta (Dexter, House of cards, Hannibal). Aquí tenemos a una mujer manipuladora y calculadora, una verdadera asesina a sangre fría que mata sin remordimientos, que sabe adelantarse a los acontecimientos y es creativa en métodos homicidas y en encubrimientos. Muestra una total falta de empatía, siguiendo el perfil modelo de un psicópata. Pero a su retorcida manera todo lo que hace es por amor hacia su hermana Emma, su única familia, a la que quiere proteger y mantener siempre a su lado, aunque para ello tenga que destrozar todos sus sueños y arrebatarle todo lo que quiere. Lo que está claro es que una vez que te pones a matar gente…ya es un no parar. Te metes en un bucle para ir cubriendo tus huellas que nunca termina (por suerte para los espectadores de la serie). Aparte de los numerosos asesinatos que se van cometiendo durante los episodios, se sugieren otros muchos. Un total de 28 homicidios carga la criaturita a sus espaldas.
Con todos estos elementos tenemos una serie muy entretenida, con un ritmo rápido y mucha acción, y con una media de asesinatos de dos o tres por capítulo. Personaje que le lleva la contraria o hace alguna pregunta indiscreta...personaje que muere. Sorprende que viviendo en un pueblo pequeño aun quede algún habitante vivo.
Aunque desde el principio la historia se concibió como una miniserie cerrada, el final es bastante abierto. (ATENCIÓN SPOILER!!!) La trama principal queda zanjada, sin cabos sueltos significativos, pero no finaliza con la muerte de Lizzie (que se produjo por una neumonía a la edad de 66 años). Estoy segura de que no soy la única que seguiría las aventuras de esta psicópata en la nueva etapa de su vida si decidieran ampliar la serie una temporada más.
