Etiquetas

domingo, 27 de enero de 2013

Conferencias de invierno de la Fundación Japón


La Fundación Japón, en colaboración con la Asociación de Estudios Japoneses, organiza su Ciclo de Conferencias de Invierno, con el objetivo de acercarnos un poco más la cultura, las festividades, el pensamiento y el arte del país nipón. Durante cuatro semanas en Enero y Febrero, especialistas en la materia impartirán distintas conferencias relacionadas con el tema "Naturaleza y cultura japonesa"  en la sede de la Fundación Japón en la calle Almagro (metro Alonso Martínez).

La primera conferencia (23 de Enero) corrió a cargo de Elena Barlés Báguena , profesora de la Universidad de Zaragoza, doctora en historia del arte, e investigadora y especialista en arte oriental. El título de la charla fue "La belleza de la naturaleza y el arte japonés"
Durante aproximadamente hora y media la profesora Barlés impartió una conferencia realmente magistral, muy clarificadora para los profanos en la materia como yo, repleta de fotografías e imágenes muy bellas e ilustrativas sobre el tema. Con un discurso fluido y ameno, cercano y personal, consiguió hacer muy entretenida la conferencia, mantener la atención el público asistente y trasmitir el verdadero amor y pasión que se nota que siente por la naturaleza, el pensamiento y las manifestaciones materiales e inmateriales de esta milenaria cultura. Demostró ser una verdadera especialista en el tema, por sus investigaciones y estudios, pero también por sus numerosas estancias y viajes al país del sol naciente.
Y aquí os dejo un breve resumen de esta interesantísima conferencia:




Japón es un país con unas características particulares. En primer lugar tiene una condición insular, al tratarse de un archipiélago formado por unas 4.000 islas. Su clima es templado, con unos veranos muy húmedos y lluviosos, lo que hace que crezca una vegetación exuberante, y que haya unas condiciones propicias para el cultivo especial del arroz. Japón se sitúa en el llamado "anillo de fuego", donde hay más de 180 volcanes, muchos aun activos, que provocan constantes terremotos y maremotos. La naturaleza es violenta y temible, pero también espectacular y treméndamente hermosa. Es una mezcla de furia, bondad y belleza, y el hombre debe resignarse a sus designios. Todo esto ha marcado profundamente la configuración del pensamiento japonés y la forma de concebir todos los aspectos de su vida cotidiana. La humanidad vive integrada en la naturaleza como un elemento más, pero no la domina ni la controla. En el pensamiento occidental el hombre es el centro de todas las cosas, y la naturaleza se somete a él (Dios creó al hombre a su imagen y semejanza, es la cima de la creación, todo está hecho a la medida del hombre,...). El pensamiento japonés es radicalmente opuesto a esto. Además tienen muy arraigado el sentimiento de que todo es caduco, fugaz y perecedero, por lo que es más hermoso (como la flor del cerezo, que cuando madura y está mas hermosa, es cuando empieza a perder sus pétalos) Este sentimiento ellos lo denominan "mono no aware"

Hiroshigue: "Vista de Hakone" (1832)























Todo esto queda claramente reflejado en sus manifestaciones artísticas, donde la naturaleza y su representación se convierten en el tema predilecto. Las montañas, las flores del cerezo, los paisajes de todo tipo, e incluso la fauna, son representados en cualquier objeto: estatuillas, estampas y grabados, kimonos, cajas lacadas, etc.  
Pero donde más se puede apreciar la influencia e importancia a la naturaleza es en su arquitectura. Los materiales son de origen vegetal, y no se cubren sus cualidades naturales con pintura o barniz (los edificios pintados son de influencia china). La madera es el material ideal para las construcciones, porque absorbe la humedad, tiene variedad de colores y texturas,  es flexible ante los movimientos sísmicos, y es perecedera. También se emplea el bambú, la hierba Keya, la arcilla, el papel y el tatami. La piedra prácticamente no se emplea (sólo para algunas bases de vallas y para castillos defensivos), por ser rígida y evocar la eternidad. La necesidad de esta en contacto con la naturaleza también determina las edificaciones. Siempre se intenta que haya una vinculación entre interior y exterior mediante la apertura de paneles al jardín, zonas de paseo que rodean las casa (engawa), plataformas de observación, o jardines interiores. 
Templo de Ise (S. IV-V). Este templo se destruye y se vuelve a construir cada 20 años en distintos estilos tradicionales, ejemplo claro del sentimiento mono no aware, la belleza de lo perecedero.

Como veis un tema muy interesante, pero también muy completo, porque tocó diferentes ámbitos y explico de manera muy clara la forma de pensar de la cultura japonesa.  En una sola hora he aprendido más que en alguna asignaturas enteras de mi carrera. Me han entrado ganas por saber más sobre esta cultura y su arte, así como sus costumbres y tradiciones, y puede que incluso por su complejo idioma.
Hokushai, "Xilografía del monte Fuji" (1826 - 1833)


Todavía quedan tres conferencias más dentro de este ciclo de invierno, y el calendario es el siguiente:
            - Miércoles 30, Enero: "Cuando la naturaleza se convierte en arte: los jardines japoneses". Prof. Pilar Cabañas
               - Jueves 14, Febrero: "Naturaleza, festividades y gastronomía en Japón". prof. Muriel Gómez
               - Jueves 28, Febrero: "El kokoro del niño ante la naturaleza". Prof. Vicente Haya.

Aquí os dejo en enlace a estas actividades por si necesitáis más información:
http://www.fundacionjapon.es/Estudio.sca?est_id=12&id=23

No hay comentarios:

Publicar un comentario