Antes de darle al play, ya sabía que esta película iba a ser mala. No tenía grandes expectativas, quizá pasar un rato entretenido sin pensar mucho, y sobre todo con acción. No estaba preparada para lo que me encontré.
La historia es la siguiente: Abraham Lincoln ve morir a su madre a manos de un vampiro, y se embarca en una vendetta eliminando vampiros con su hacha de plata vengadora, la cual es capaz de mover como si de una majorette se tratara. La lucha comienza a ser un asunto nacional cuando comienza la guerra Secesión estadounidense, en la que los vampiros forman el grueso del bando confederado, amenazando el equilibrio entre los vivos y muertos.
Así que aquí lo tenéis, una mezcla de hechos históricos y una fantasmada total. El argumento hace aguas por todos los sitios, los personajes son planos e insustanciales, y la historia es predecible a más no poder. Tenemos vampiros que con un poco de protector solar y unas gafas de sol pueden salir sin problemas a tomar el fresco, luchas en los que se emplean caballos como arma arrojadiza, un tren sin control que se dirige hacía un puente de madera en llamas, y por supuesto un par de símbolos del padre de la nación: el sombrero de copa y la barbita de mandíbula.
Si queréis pasaros una semana pensando: "¡Dios, que película me tragué el otro día!¿Cómo fui capaz?", podéis ver esta peli, pero luego no os quejéis por la hora y veinte minutos que habréis perdido. Se que algunos solo buscareis una historia de acción y fantasía, y de hecho he oído opiniones incluso positivas sobre esta película, pero estoy convencida de que podéis encontrar algún otro título que pueda aportaros algo más en ese sentido.
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